Me Amo Cuando...

Busca la paz

Por Elena22 de junio de 2020No Comments

Todos queremos disfrutar la paz del Señor, pero tenemos que saber que no es una paz que caiga sola del cielo: Él nos la da, sin embargo el Señor nos indica que tenemos una parte activa. Podemos verlo ilustrado en el siguiente versículo:

“Apártate del mal, haz el bien, busca la paz y síguela” Salmo 34:4

Aquí podemos observar cuatro verbos con indicaciones muy claras: apartarse, hacer, buscar y seguir.

Cuando el Señor nos dice que nos apartemos del mal no se refiere solo al mal externo a nosotros, como una mala acción o alguien que sea una mala influencia, sino también al que nosotros mismos podemos crear en nuestra propia mente.

A veces dejamos volar nuestra imaginación y nos juega una mala pasada exagerando o idealizando de manera negativa lo que creemos que nos va a acontecer. Es bueno aprender a controlar nuestra mente y apartarnos de aquellas ideas irreales que nos hacen daño.

Es bueno ocuparse, pero no preocuparse. Estas dos palabras tienen un léxico parecido, pero tienen significados muy distintos: si nos ocupamos estamos tratando un tema, mientras que si nos preocupamos estamos sintiendo desasosiego, inquietud o temor por algo. Por lo tanto, deberíamos pensar qué es lo que nos preocupa e intentar darle una solución si está en nuestra mano.

Te voy a poner un ejemplo: un día, en un trabajo que tuve, una compañera me hizo un comentario de desprecio que en ese momento no me esperaba. Me sentí indignada y me callé, continué con mi trabajo, pero no paraba de darle vueltas a la cabeza. Decidí hablar con ella y le dije muy seriamente: “te voy a pedir un favor, y es que me hables con respeto, igual que yo te hablo a ti siempre”. La compañera no recordaba lo que me había dicho y conversando me dijo que no se había dado cuenta y que lo sentía mucho. Es bueno hablar de lo que nos ocurre y no dejar volar nuestros pensamientos negativos, porque así dejamos nuestro corazón y nuestro pensamiento en paz.

Vemos claramente otro ejemplo en la historia de Marta y María. Marta estaba preocupada en muchos quehaceres, “afanada y turbada” dice la Escritura en Lucas 10:38-42. Sin embargo María había escogido pasar tiempo pendiente de lo que decía el Señor Jesús, y esa era “la buena parte”, como dice la Escritura. Realmente las dos tuvieron una parte activa, pero una elección distinta. Marta estaba centrada en sus quehaceres y en qué hacía su hermana: eligió preocuparse y dejó volar sus pensamientos. Sin embargo María escogió ocuparse en los asuntos de su Señor sin afectarle la actuación de su hermana.